martes, 21 de abril de 2015

Immanuel Kant: el fundamento de la moral


Un autor que escribe, o ha escrito a lo largo de su vida, es alguien que permite ver las diferentes etapas de su desarrollo intelectual. Este es el caso de Immanuel Kant, filósofo alemán que para 1785, año en el que ya se encontraba en su etapa de madurez, publica “Grundlegung Zur Metaphysik der Sitten”.  En dicha publicación, traducida al español como “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres” el prólogo puede ser entendido como un ejercicio argumentativo que busca comprobar que una metafísica de las costumbres es necesaria. Para ello, y mediante un análisis descriptivo, he dividido este importante prólogo en cuatro momentos generales. En el primero se realiza una clasificación del conocimiento que parte de la la división entre lo racional y lo material. Posteriormente se encuentra una comparación entre la filosofía natural y la moral. Consecuente a esto un posicionamiento de la metafísica. Y por último una aclaración de cual es su objetivo con esta obra.

Para comenzar, es posible ver el modo sistemático con el cual procede el autor al realizar una división y clasificación del conocimiento. La clasificación inicia mediante una remembranza de la filosofía griega, su división  (física, ética y lógica) y un cuestionamiento por el fundamento de dicha división. La búsqueda o el cuestionamiento por el fundamento permite dos cosas: comprobar que la división de la filosofía este completa y determinar sus subdivisiones.

En la búsqueda de los fundamentos de la división de la filosofía griega se parte de que todo conocimiento racional es material o formal. “Todo conocimiento racional o es material y considera algún objeto, o es formal y se ocupa tan solo de la forma del entendimiento y de la razón misma y de las reglas del pensar en general sin distinción de objeto” (Kant, 1785). En dicha organización del conocimiento entre lo material y lo formal, con respecto al primero, es decir lo formal, surge una nueva separación que lo divide en dos. En definitiva, La organización se da del siguiente modo: La filosofía formal se llama lógica y su característica básica es que no puede tener una parte empírica. La filosofía material, a diferencia de la formal, al encargarse de los objetos y de las leyes que los rigen, se divide en dos partes. Una de estas es la teoría de la naturaleza o física que estudia las leyes de la naturaleza. La otra es la teoría de las costumbres o ética que estudia las leyes de la libertad. En esta clara distinción realizada por Kant la diferencia de la lógica con la filosofía natural y la moral se encuentra en que estas dos últimas tienen cada una su parte empírica.

Para continuar con un segundo momento en el análisis del prólogo, y posterior a esta clasificación en donde el conocimiento material ha sido subdividido en una parte que estudia las leyes de la naturaleza “leyes por la las cuales todo sucede” y otra que estudia las leyes de la libertad “leyes por las cuales todo debe suceder”, se realiza una comparación por similitud entre la filosofía natural y la moral debido a que ambas deben tener una parte empírica y pueden obtener sus teorías por medio la experiencia.

A diferencia de la filosofía natural y moral la filosofía pura obtiene sus teorías derivándolas exclusivamente de principios que se encuentran antes de la experiencia, es decir a priori. Es así como Kant hace una taxonomía o una clasificación del conocimiento que parte de la división de lo empírico y lo formal para explicar cual es la función de la metafísica. En la filosofía pura, cuando el conocimiento se ocupa de las reglas universales del pensar se llama lógica. Pero en esta misma filosofía, cuando el conocimiento se limita a determinados objetos del entendimiento se llama metafísica.

Posterior a los dos primeros momentos ya enunciados, uno en el que se hace la distinción del conocimiento en sus diferentes partes y otro en el que se definen las características de estas, el autor de la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres en su prólogo, pasa a presentar el posicionamiento de la metafísica. Para tal fin recurre al argumento de la división del trabajo y la importancia que tiene el hecho de que “Cada sujeto se limite a cierto trabajo [...] para poder realizarlo con la mayor perfección y mucha más  facilidad” (Kant, 1785). A partir de ahí  resalta la importancia de que en el trabajo de investigación filosófico la filosofía pura en todas sus partes exige para cada una un investigador especial. Este trabajo de especialización exige que se separen cuidadosamente la parte que compete al conocimiento  empírico de la parte que respecta al conocimiento racional  para que no haya confusión en su estudio.

Con la distinción del conocimiento entre lo empírico y lo racional, queda claramente diferenciado que al igual que la física, en donde el estudio de la naturaleza se presenta como necesaria una metafísica de la naturaleza, antes del estudio del ser humano desde la experiencia (antropología práctica) es necesario que se exponga una metafísica de las costumbres. Para los dos casos, metafísica de la naturaleza y metafísica de las costumbres, se busca conocer lo que la razón pura puede por si sola construir y de que fuentes toma esa enseñanza que esta antes de la experiencia.

El autor consolida el posicionamiento de la metafísica (filosofía pura cuando se limita a determinados objetos del entendimiento) al hacer la siguiente pregunta: “¿No se cree que es de la más urgente necesidad elaborar por fin una filosofía moral pura que este enteramente limpia de todo cuanto pueda ser empírico y perteneciente a la antropología?” (Kant, 1785) Y consecuentemente le da su respuesta: “Que tiene que haber una filosofía moral semejante se evidencia por la idea común del deber y de las leyes morales” (Kant, 1785).

Es así como surge el cuarto momento en donde se evidencia que el objetivo de la obra es apelar a un principio de universalidad para la ley moral el cual se fundamenta únicamente en la razón y por lo tanto se encuentra como un principio independiente de la experiencia. La metafísica permite investigar el fundamento de una obligación que no debe ser buscada en la naturaleza del ser humano o las condiciones históricas en las que se encuentra. Si se busca dicho fundamento de la ley moral en la experiencia entonces se cometerá el error de identificar aquello por lo que el ser humano debe cumplir, no por deber moral, sino por obligación circunstancial. Un ejemplo de esto puede ser la búsqueda de las satisfacciones básicas (alimentación, refugio, reproducción) o las normas de una comunidad como el derecho o, en su expresión más básica, códigos tribales.

Al buscar el fundamento de la ley moral mediante la metafísica, completamente aparte de la experiencia, se comprende que el valor de dicha ley tiene que llevar consigo una necesidad absoluta. Cualquier precepto moral que sea obtenido a partir de la experiencia, por mas pretensión de universalidad que tenga, debe llamarse una regla practica pero no es un principio moral. Estos preceptos morales que se han obtenido mediante motivos empíricos pueden ser elevados a conceptos con pretensión de universalidad y de ahí surge a su vez el concepto de  pero este no es da carácter moral. Por el contrario los motivos que son obtenidos enteramente a priori y solo por el entendimiento sí son los realmente morales.

En conclusión Kant se propone publicar una metafísica de las costumbres que a su vez debe ser el resultado de “investigar la idea y los principios de una voluntad pura posible” y su fundamentación debe estar basada en  la investigación del principio supremo de moralidad que guía a la voluntad. Esta fundamentación tiene tres características: es un asunto aislado que debe diferenciarse de cualquier otro, es completo en su propósito y ha de separarse de cualquier otra investigación.

Como información adicional el autor afirma que al estar, este principio de moralidad, basado en la razón, y al ser la razón solamente una, la fundamentación de la metafísica de las costumbres es la crítica de la razón pura practica así como en el caso de la metafísica de la naturaleza el fundamento es la crítica de la razón especulativa. Para mayor precisión, y no confundir al lector, Kant llama a su obra “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres” pues una Crítica de la Razón Pura Práctica lo obligaría a realizar consideraciones de otra índole en la búsqueda de que dicha obra quedara  completa. A parte de lo anterior hace una separación, entre la Fundamentación y la Metafísica de las Costumbres como tal, para poder explicar primero en dicha fundamentación ideas de mayor complejidad y posteriormente la metafísica teorías que según nuestro autor son más fáciles de entender.

Para finalizar, el prólogo termina con una breve exposición del método a partir del cual se desarrolla la obra que “pasa analíticamente del conocimiento vulgar de la razón a la determinación del principio supremo de dicho conocimiento y luego vuelve sintéticamente de la comprobación de ese principio y sus orígenes hasta el conocimiento vulgar donde encuentra su uso”.

Referencias

Kant, Immanuel: Fundamentación de la metafísica de las costumbres, traducción de Manuel García Morente, editorial Porrúa, México 1975.