Un autor que escribe, o ha escrito a lo
largo de su vida, es alguien que permite ver las diferentes etapas de su
desarrollo intelectual. Este es el caso de Immanuel Kant, filósofo alemán que
para 1785, año en el que ya se encontraba en su etapa de madurez, publica “Grundlegung Zur Metaphysik der Sitten”. En dicha publicación, traducida al español
como “Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres” el prólogo puede ser
entendido como un ejercicio argumentativo que busca comprobar que una
metafísica de las costumbres es necesaria. Para ello, y mediante un análisis
descriptivo, he dividido este importante prólogo en cuatro momentos generales.
En el primero se realiza una clasificación del conocimiento que parte de la la
división entre lo racional y lo material. Posteriormente se encuentra una
comparación entre la filosofía natural y la moral. Consecuente a esto un
posicionamiento de la metafísica. Y por último una aclaración de cual es su
objetivo con esta obra.
Para comenzar, es posible ver el modo
sistemático con el cual procede el autor al realizar una división y
clasificación del conocimiento. La clasificación inicia mediante una
remembranza de la filosofía griega, su división (física, ética y lógica) y un cuestionamiento por
el fundamento de dicha división. La búsqueda o el cuestionamiento por el
fundamento permite dos cosas: comprobar que la división de la filosofía este
completa y determinar sus subdivisiones.
En la búsqueda de los fundamentos de la
división de la filosofía griega se parte de que todo conocimiento racional es
material o formal. “Todo conocimiento racional o es material y considera algún
objeto, o es formal y se ocupa tan solo de la forma del entendimiento y de la
razón misma y de las reglas del pensar en general sin distinción de objeto”
(Kant, 1785). En dicha organización del conocimiento entre lo material y lo
formal, con respecto al primero, es decir lo formal, surge una nueva separación
que lo divide en dos. En definitiva, La organización se da del siguiente modo:
La filosofía formal se llama lógica y su característica básica es que no puede
tener una parte empírica. La filosofía material, a diferencia de la formal, al
encargarse de los objetos y de las leyes que los rigen, se divide en dos
partes. Una de estas es la teoría de la naturaleza o física que estudia las
leyes de la naturaleza. La otra es la teoría de las costumbres o ética que
estudia las leyes de la libertad. En esta clara distinción realizada por Kant la
diferencia de la lógica con la filosofía natural y la moral se encuentra en que
estas dos últimas tienen cada una su parte empírica.
Para continuar con un segundo momento en
el análisis del prólogo, y posterior a esta clasificación en donde el
conocimiento material ha sido subdividido en una parte que estudia las leyes de
la naturaleza “leyes por la las cuales todo sucede” y otra que estudia las
leyes de la libertad “leyes por las cuales todo debe suceder”, se realiza una
comparación por similitud entre la filosofía natural y la moral debido a que
ambas deben tener una parte empírica y pueden obtener sus teorías por medio la
experiencia.
A diferencia de la filosofía natural y
moral la filosofía pura obtiene sus teorías derivándolas exclusivamente de principios
que se encuentran antes de la experiencia, es decir a priori. Es así como Kant
hace una taxonomía o una clasificación del conocimiento que parte de la
división de lo empírico y lo formal para explicar cual es la función de la
metafísica. En la filosofía pura, cuando el conocimiento se ocupa de las reglas
universales del pensar se llama lógica. Pero en esta misma filosofía, cuando el
conocimiento se limita a determinados objetos del entendimiento se llama metafísica.
Posterior a los dos primeros momentos ya
enunciados, uno en el que se hace la distinción del conocimiento en sus
diferentes partes y otro en el que se definen las características de estas, el
autor de la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres en su prólogo,
pasa a presentar el posicionamiento de la metafísica. Para tal fin recurre al
argumento de la división del trabajo y la importancia que tiene el hecho de que
“Cada sujeto se limite a cierto trabajo [...] para poder realizarlo con la
mayor perfección y mucha más facilidad”
(Kant, 1785). A partir de ahí resalta la
importancia de que en el trabajo de investigación filosófico la filosofía pura
en todas sus partes exige para cada una un investigador especial. Este trabajo
de especialización exige que se separen cuidadosamente la parte que compete al
conocimiento empírico de la parte que
respecta al conocimiento racional para
que no haya confusión en su estudio.
Con la distinción del conocimiento entre
lo empírico y lo racional, queda claramente diferenciado que al igual que la física,
en donde el estudio de la naturaleza se presenta como necesaria una metafísica
de la naturaleza, antes del estudio del ser humano desde la experiencia
(antropología práctica) es necesario que se exponga una metafísica de las
costumbres. Para los dos casos, metafísica de la naturaleza y metafísica de las
costumbres, se busca conocer lo que la razón pura puede por si sola construir y
de que fuentes toma esa enseñanza que esta antes de la experiencia.
El autor consolida el posicionamiento de
la metafísica (filosofía pura cuando se limita a determinados objetos del
entendimiento) al hacer la siguiente pregunta: “¿No se cree que es de la más
urgente necesidad elaborar por fin una filosofía moral pura que este
enteramente limpia de todo cuanto pueda ser empírico y perteneciente a la antropología?”
(Kant, 1785) Y consecuentemente le da su respuesta: “Que tiene que haber una
filosofía moral semejante se evidencia por la idea común del deber y de las
leyes morales” (Kant, 1785).
Es así como surge el cuarto momento en
donde se evidencia que el objetivo de la obra es apelar a un principio de
universalidad para la ley moral el cual se fundamenta únicamente en la razón y
por lo tanto se encuentra como un principio independiente de la experiencia. La
metafísica permite investigar el fundamento de una obligación que no debe ser
buscada en la naturaleza del ser humano o las condiciones históricas en las que
se encuentra. Si se busca dicho fundamento de la ley moral en la experiencia
entonces se cometerá el error de identificar aquello por lo que el ser humano
debe cumplir, no por deber moral, sino por obligación circunstancial. Un
ejemplo de esto puede ser la búsqueda de las satisfacciones básicas
(alimentación, refugio, reproducción) o las normas de una comunidad como el
derecho o, en su expresión más básica, códigos tribales.
Al buscar el fundamento de la ley moral
mediante la metafísica, completamente aparte de la experiencia, se comprende
que el valor de dicha ley tiene que llevar consigo una necesidad absoluta.
Cualquier precepto moral que sea obtenido a partir de la experiencia, por mas pretensión
de universalidad que tenga, debe llamarse una regla practica pero no es un
principio moral. Estos preceptos morales que se han obtenido mediante motivos
empíricos pueden ser elevados a conceptos con pretensión de universalidad y de
ahí surge a su vez el concepto de pero
este no es da carácter moral. Por el contrario los motivos que son obtenidos
enteramente a priori y solo por el entendimiento sí son los realmente morales.
En conclusión Kant se propone publicar una
metafísica de las costumbres que a su vez debe ser el resultado de “investigar
la idea y los principios de una voluntad pura posible” y su fundamentación debe
estar basada en la investigación del
principio supremo de moralidad que guía a la voluntad. Esta fundamentación
tiene tres características: es un asunto aislado que debe diferenciarse de
cualquier otro, es completo en su propósito y ha de separarse de cualquier otra
investigación.
Como información adicional el autor afirma
que al estar, este principio de moralidad, basado en la razón, y al ser la razón
solamente una, la fundamentación de la metafísica de las costumbres es la
crítica de la razón pura practica así como en el caso de la metafísica de la
naturaleza el fundamento es la crítica de la razón especulativa. Para mayor precisión,
y no confundir al lector, Kant llama a su obra “Fundamentación de la Metafísica
de las Costumbres” pues una Crítica de la Razón Pura Práctica lo obligaría a
realizar consideraciones de otra índole en la búsqueda de que dicha obra
quedara completa. A parte de lo anterior
hace una separación, entre la Fundamentación y la Metafísica de las Costumbres
como tal, para poder explicar primero en dicha fundamentación ideas de mayor
complejidad y posteriormente la metafísica teorías que según nuestro autor son
más fáciles de entender.
Para finalizar, el prólogo termina con una
breve exposición del método a partir del cual se desarrolla la obra que “pasa
analíticamente del conocimiento vulgar de la razón a la determinación del
principio supremo de dicho conocimiento y luego vuelve sintéticamente de la
comprobación de ese principio y sus orígenes hasta el conocimiento vulgar donde
encuentra su uso”.
Referencias
Kant, Immanuel: Fundamentación de la
metafísica de las costumbres, traducción de Manuel García Morente, editorial
Porrúa, México 1975.